miércoles, junio 28, 2006

SER

Ser de la oscuridad, tú que has deambulado alrededor del árbol prohibido, tú que como yo, tienes en tus venas fluyendo el conocimiento eterno, ese conocimiento vedado para los mortales.
Tu sed solo puede ser apagada al sumergirte en el mar rojo, ese mar en el que confluye la sangre derramada por la sabiduría y esas lágrimas arrancadas de nuestros ojos por esa belleza amada, ese ángel de las sombras.
Olvida las injurias de los mortales, esas cosas nimias y clava tus colmillos en aquellas almas ávidas de despertar a la oscuridad, conviértelas, hazlas vampiros.
Expulsado del infierno, desterrado del cielo, condenado a ocultarte de los días iluminados por la ignorancia.
Mira la belleza de la oscuridad, ámala.


Que es la muerte

¿Qué es la muerte? ¿Alguna vez te has preguntado eso?

Tal vez sea que nosotros no hemos alcanzado el grado de sabiduría que yace en un letargo para entender que pertenecemos al infinito así como el infinito pertenece a nosotros.
La muerte solo es un pestañeo de nuestras vidas, solo un estornudo de una gripe muy fuerte en nuestras almas.
Cuando entendamos que esa muerte es una idea vaga que intentan clavar en nuestras mentes desde niños, nos daremos cuenta que la muerte solo es una palabra.
Tal vez Dios no exista o tal vez sí. Yo sé que sí, y lo podemos apreciar cuando unos amigos se juntan, comparten su amistad, filosofan, piensan, creen pero sobre todo dudan y no cuando una bola de hipócritas se hincan a rezarle a un supuesto dios que solo les enseña a odiar, mentir, crucificar a los demás, fastidiar a los demás, a ser intolerante y cultivar el egoísmo y sobre todo hincarse ante él, ese verdugo que demacra el alma.
Pero la verdad es que Dios es la muerte, y como la muerte no existe más que en nuestra mente, Dios es nuestra mente, nuestra mente somos nosotros, nosotros somos Dios, entonces somos el infinito que queremos alcanzar. Si queremos conocer a Dios solo necesitamos conocernos a nosotros mismos, acercarnos más a nosotros, estirarnos hasta tocar nuestras almas. Entonces todo existe porque nosotros somos el todo, solo hace falta despertar. Despiértate ya imbécil, que te estamos esperando. Ven para que compartamos el alimento de nuestras almas: La música, la risa, la amistad.

Ángel Caído

Ángel caído dime qué fluye por tus venas
aunque mi beldad raudamente podría desaparecer
cayendo en una sima de un mar de macilentos gritos
y en un ocaso provocar en mi alma un gris palidecer

Mis suspiros abrazarían el silencio durante eones
y entes que han sido nimios para mí en todo momento
se enfrascarían en disputas por tratar de enfermar mi alma
y lacerar el equilibrio en el que me encuentro

Ángel de las sombras
Cobíjame en tu seno
Cobíjame con tu gloria

Ángel mío, dime a qué hora caíste

Ángel caído dime que fluye por tus venas
Dime cómo puedo arrancar las costras de mi aura

Solo algunas veces

No sé lo que pienses, no sé lo que sientas, no sé lo que creas, no sé porque te ríes, no sé si sabes el significado de tu nombre.

Algunas veces el dolor surca por mi mente, algunas veces mi infierno se vuelve decadente, algunas veces gotas rojas brotan de mis ojos, algunas veces me secan mis antojos, algunas veces mis manos tiemblan con el frío, algunas veces no siento tus suspiros.

Algunas veces no hay fuente para la risa, algunas veces las esperanzas tienen prisa, algunas veces la Luna se esconde, algunas veces mi voz no responde, algunas veces el temor contamina, algunas veces la melancolía domina.

Algunas veces me disipa el viento, algunas veces no sé si te tiento, algunas veces las llamas sofocan, otras solo se sientan y lloran, algunas veces parpadea mi aura, otras solo grita porque está sedienta y cruda.