Mi lengua que muchas veces se come el silencio y otras tantas pide una tregua, a veces con tan poca saliva y otras tantas saboreando la vida, que con los suspiros vibra y una y otra vez pronuncia...
... tu nombre.
... tu nombre.
Cuidado con exponerte a demasiada luz, pues el hombre se puede espantar con su propia sombra