¿Las decisiones de uno, marcan el sino que se recorrerá?
Puedo decir que sí y así es como empiezo esta historia, tratando de no verme
superado por los recuerdos aterradores de una cadena de hechos, de sucesos que
me han perseguido sin dejarme descansar. Bueno, permítanme presentarme, mi
nombre es Marco y soy productor de cine y usuario asiduo de la tecnología, de
lo que ahora llamo la maldita tecnología. Es debido a esto que hace poco cambié
de teléfono móvil, compré el modelo más reciente de una marca reconocida, pero
ese no fue el problema, el problema es mi obsesión por el uso de internet y las
aplicaciones que de repente me desconectaban de mi alrededor. Google, un montón
de aplicaciones populares y wikipedia, suelo vivir conectado a ellas.
Hace semanas, entre tantas aplicaciones disponibles, bajé
una llamada ¿sí no? Una aplicación en la cuál se puede formular una pregunta y
en un breve tiempo tener la respuesta, obviamente obtenida de la búsqueda en la
base de datos más grande, la internet. No sé si la aplicación me daba las
respuestas al buscar en google u otros usuarios tenían la facultad de
responder, ya que según la nota de la aplicación, uno podía responder preguntas
alcanzando cierto puntaje como usuario de la aplicación. Al final de cuentas,
la aplicación me decía, por dónde había menos tráfico, dónde estaba el torito,
dónde podía comprar algo más barato o más rico o inclusive si alguna película
me gustaría (de seguro basado en los "me gusta" de mis redes
sociales). Aunque eso sí, algunas veces las respuestas eran tan ocurrentes y
divertidas, de ahí el pensar que otros usuarios de la aplicación me
contestaban, al final de cuentas, en internet no hay privacidad.
En la aplicación comúnmente tenía activada la opción
"incógnita", la cual no era una simple respuesta a alguna pregunta
que pudiera yo formular si no que permitía una interacción más profunda
mandando algo así como noticias. Por ejemplo, un día manejando, me llegó el
mensaje "Cuidado con el choque". Al leerlo, me distraje pero un golpe
fuerte me aturdió sacándome de mi dependencia del celular, casi choco con el
auto delante de mí, que frenó bruscamente para evitar la colisión con el auto
adelante de él, el cual chocó en el momento que recibía el mensaje; alcancé a
reaccionar y pisar el freno. Al ver en el celular a la persona del auto delante
de mí, supuse que él también tenía la aplicación y había alertado al azar. Pero
el destino no deja nada al azar, deja cabos sueltos para que nosotros los
vayamos conectando y en función de nuestras decisiones llegar a un nudo del que
no nos podamos zafar, eso es el destino.
El uso de esta aplicación me fue consumiendo, cada vez
dependiendo más de ella, por ejemplo, un día en un bar céntrico, sumergido en
la aplicación, no me percaté que unos amigos, Luis, Robert y Elena, habían
llegado y estaban en la mesa frente a mí, hasta que la aplicación me dijo que
levantara la cabeza y ahí fue cuando me percaté de su existencia, ellos también
voltearon a verme riendo, asumí que ellos habían mandado el mensaje en la
aplicación, ya que Luis la utilizaba.
Ese mismo día, ya de regreso a casa, pasado de copas y a
punto de dormir, la aplicación me dijo: "Mira debajo de tu cama". Lo
primero que dije fue: Ah cabrón, no mames; pero decidí ya recostado inclinarme
para ver debajo de la cama utilizando una mano para apoyarme en el suelo y con
la otra levantando lentamente las sábanas que me impedían ver debajo. ¡Oh
tremendo susto! Salió de la nada mi gata corriendo endiabladamente. La había
asustado al mover las sábanas, ella de seguro estaba durmiendo debajo. Exclame:
¡Ay cabrón, pinche gorgona! (El nombre de mi gata). Me eché a reír repitiendo:
ando bien pedo y poco después me quedé dormido.
Al día siguiente, llegando a la oficina, Luis me preguntó si
no había visto su mensaje en whatsapp, mi respuesta fue no. Chequé en mi
celular y me percaté que no tenía datos y se lo externé a Luis. Él me dijo que
ya sabía que no tenía datos desde el día anterior, cuando salimos del bar nos
desconectamos del wifi y ya no pude pedir uber así que ellos me llevaron a
casa. No recordaba esto, los excesos provocan efectos no deseados, como que
olvidara esto último ayer debido a mi estado de ebriedad. Me conecté al wifi de
la oficina y el resto del día transcurrió con mensajes irrelevantes de la
aplicación excepto uno: "Recuerda la junta en 10 minutos". Rayos, lo
había olvidado, la aplicación accedió a mi cuenta de google calendar y me
recordó este hecho.
Al llegar a casa, me fijé que no estaba conectado a
internet, no tenía datos, me di cuenta que el dispositivo de wifi estaba
desconectado. No recuerdo haberlo desconectado en la mañana, es más, no
recuerdo haberlo conectado al llegar borracho a la casa. En eso, la aplicación
me mandó un mensaje: "Contesta". Cuando lo estaba leyendo, sonó el
teléfono fijo de mi casa. Del susto hasta salté. Recuperándome del susto,
contesté, era mi hermana. Me dijo que gorgona, la gata que tanta compañía nos
hacía, había muerto el día anterior en el consultorio del veterinario, al
parecer había sido envenenada. Me comentó que había intentado localizarme ese
día para decirme pero no pudo.
Abrumado por la noticia, me despedí de ella y colgué. Me
tomó unos minutos darme cuenta que había recibido el mensaje
"Contesta" de la aplicación, sin siquiera estar conectado a internet.
Hice una mueca con ruido de desconcierto incluido, un ruido de confusión,
preguntándome en voz alta ¿gorgona no salió ayer en la noche de debajo de mi cama?
Intenté desinstalar la aplicación pero todo esfuerzo fue en
vano. Cuando comenzaba a obscurecer, la aplicación me mandó otro mensaje;
primero lo ignoré pero la ansiedad, la inquietud, el miedo, son sensaciones
terribles que alimentan una angustia que se torna asfixiante en momentos
álgidos. Decidí tomar valor y ver el mensaje. "Mejor no apagues la
luz", pude leer mientras un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
"Chingue su madre", dije pensando en huir de mi casa, pero llevando
el celular para tratar de localizar a alguien que pudiera menguar esta
sensación.
Corrí a casa de mi hermana y le conté, siendo testigo de su
mirada incrédula, sobre la aplicación y lo que había estado sucediendo. A los
minutos de concluir el relato y mientras ella me preparaba un café, un ente
hizo acto de presencia. Me sobresalté tanto, y con un grito casi afónico que la
alerté sobre lo que ocurría, era una presencia. Ella corrió hacia mí
preguntando:- ¿Pero qué pasa?- una presencia, en el umbral de la puerta- dije.
- Sigues imaginando cosas - me dijo - Marco, relájate.
Muchas veces nuestros cerebros juegan con nosotros, nos hacen ver siluetas
donde solo hay sombras.
- No es solo la sombra, ¡sino lo que trae en la mano! -
grité exaltado.
En eso, se escuchó un estrepitoso quejido proveniente de los
recovecos más oscuros cercanos a la puerta.
Ambos volteamos instintivamente sincronizados en máxima
alerta.
Ella gritó, frente a nosotros se erigía una presencia negra
como la noche. En su mano izquierda llevaba una cadena con la cual apresaba un
conjunto de sombras y luces que la jalaban como intentando desprenderse,
intentando huir de la agonía, mientras emitían sollozos y gritos ahogados de
desesperación. Una de las luces, moribunda, emitió unos sonidos raros,
vibraciones que me pareció interpretar como un: corran.
Salimos despavoridos del lugar. Una vez pudimos calmar la
respiración, mi hermana me preguntó -¿qué hiciste, cabrón?
- Es la aplicación, la maldita aplicación llamó o despertó a
esto... - me percaté que tenía el celular en la mano y cuando se la iba a
mostrar llegó una alerta de la aplicación en la que pudimos leer: ¿y a dónde
vas a huir
Continuará...