Pagaría con mil heridas
y cien suspiros flagelados
por fugarme en el tiempo
mientras estoy a tu lado
pero son cosas de la vida
que aunque sigo embriagado
me ha arrastrado el viento
ya muy lejos de tus labios.
Cuidado con exponerte a demasiada luz, pues el hombre se puede espantar con su propia sombra
En tus labios la poesía era verdad y era mentira
Era los infiernos y el cielo con heridas
Era el sonido y el eco, era donde se curva el tiempo
Y tus labios eran el precipicio y la caída
Y tus labios eran las letras que riman
Eran el instante que se sentía eterno
Tus labios eran poesía que con los míos leía
Sin saber que sumergido en ti, lentamente moría.
Tus labios ahora recito como poesía fugaz en el viento.
Hagamos una tregua mientras nuestros labios están distantes
mientras las palabras se buscan, pero quedan calladas
mientras no se encuentran nuestras silentes miradas
Hagamos una tregua mientras nuestras manos no se encuentran
mientras usted se fuga en el tiempo, dejando estas llamas
en mi macilento cuerpo, con la ausencia en nuestras camas
Hagamos una tregua mientras aún imagino su mirada
mientras sus lacónicas letras aún estremecen mi alma
mientras el olor del olvido lentamente me embriaga.
Hagamos una tregua
hasta que quizás se desprenda la memoria
o hasta que como polos magnéticos, nos volvamos a atraer.
Cual aurora boreal, resplandeciendo
tu sonrisa marca el tiempo mientras intento
deslizarme atrapando el momento
lacónicas palabras en tu piel tejiendo
voy con mis dedos como si fuese mi aliento
susurrando mi deseo, muriendo lento
en tus poros, hasta eclipsarme
hasta colapsar, contraerme y explotar.
Mientras con tu aurora boreal me cubres,
me rocías, hasta provocarme derrumbes.
¿Cuánto tiempo se escurre entre las manos?
¿Qué nos recuerda que solo somos humanos?
¿Acaso el olvido quema más
que el fuego que nos consumió?
El fuego que nos consumió...
Abro mis venas, caen las letras
hasta escribirte una serenata
con el silencio de la luna ingrata
que en susurros me aconseja
que en susurros me aconseja...
Pero que olvidó nuestros besos
y sin que abras tu ventana
me siento desangrar preso
con una melodía que no sana
con una melodía que no sana...
lo que aún arde por ti.
¿Te escribo una serenata
de esas que al alma matan?
Hasta que la luz de la Luna
me deshaga al amanecer
me deshaga al amanecer...
con un gris despertar.
Las letras en un papel tienen sonido
que escurre lentamente como suspiro
¿Sería ese mi destino? Para abrazarlo
¿Escribirte una serenata?
¿Acaso seguirías despierta?
¿Acaso seguirás despierta...
hasta que rasgue la última nota?
Pero la luna no olvidó nuestros besos
y sin que abras tu ventana
me siento desangrar preso
con una melodía que no sana
con una serenata que no rima...
ya con tu sonrisa.
Usted llegó profundo hasta al mero tuétano de mis huesos
dejó vibrando este esqueleto, aunque luego se fue relejos
Usted se introdujo en las moléculas del aire que en exceso
me arrebata el aliento, dejando aquí un espíritu perplejo
Usted, sí usted, ¿aunque sea escucha mis silencios?
Porque, sabe, los silencios también se desangran...
y usted me dejó en uno, nadando sin saber.
Usted, residiendo hasta en el tuétano de mis huesos...
aún permanece, pero no sé cómo diantres se fue...