Hagamos una tregua mientras nuestros labios están distantes
mientras las palabras se buscan, pero quedan calladas
mientras no se encuentran nuestras silentes miradas
Hagamos una tregua mientras nuestras manos no se encuentran
mientras usted se fuga en el tiempo, dejando estas llamas
en mi macilento cuerpo, con la ausencia en nuestras camas
Hagamos una tregua mientras aún imagino su mirada
mientras sus lacónicas letras aún estremecen mi alma
mientras el olor del olvido lentamente me embriaga.
Hagamos una tregua
hasta que quizás se desprenda la memoria
o hasta que como polos magnéticos, nos volvamos a atraer.
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