La Luna muestra su bella cara coronada por un halo que pareciera está formado por miles de suspiros que le han llegado, cubriéndola de misticismo, entre ellos los míos con tu nombre anotado. Y en la profunda oscuridad de los pensamientos es que me topo con tus contornos y siluetas eclipsando mis insomnios bajo el halo de tu sonrisa todavía resonando en mi piel.

Sangrando mis resquebrajadas letras

en el horizonte donde los suspiros se pierden
sin saber si llegarán,
las palabras escritas también se quiebran hasta crujir la esencia
Y el manto de la noche nos cubre con el silencio
sin final ni principio
como vampiro sediento de tus labios, tu cuello y tus besos
quedando confinado al ataúd del tiempo.

¿Cuántos de mis suspiros aportaron a esos nubarrones que intentan acariciar la silueta de la Luna? Tal cual como si tratase de asir el recuerdo que se fuga. No sé si muchos, pero si vertí los más intensos por ti.

¿Qué queda de aquellas noches sino tu piel envinada por mis labios que se va erosionado por el olvido? Qué queda sino la ebullición de pasión que trazó el camino y que es arrancada por las mareas del tiempo, como caldera que calienta la noche, como volcán que se volvió erupción y que hoy se difumina aún dejando magma en mis latidos...
Con está Luna como testigo... A un punto de ebullición pensando que estás conmigo.

Un cuervo en mi corazón

Hay un cuervo en mi corazón

con su pico devora mi razón
sin desangrar los recuerdos de ti.
Habita un cuervo en mis latidos
que suenan como sus graznidos
pronunciando tu nombre, frágil.

Hay un cuervo en mi puerta
en el dintel se posa alerta
volamos entre plumaje sutil
el tiempo surcamos en vela
dice nunca más veré tu estela
caigo en aciaga ausencia de ti.

Hay un cuervo en mi corazón
entre lóbregos huecos de tu ausencia
que dejan disonancia lejos de tu fragancia.

Hay un cuervo en mi corazón
con su canto y con mi ilusión
hace su nido entre los recuerdos del ti.
Habita un cuervo en mi esternón
mi alma y su plumaje en el viaje
al encuentro de la lluvia junto a ti.

Hay un cuervo en mi corazón
me vuelvo un ensayo donde mueren mis letras
y tú ni las lees y mis palabras quedan
como jaula donde resuenan los recuerdos.

El tiempo se hace invierno
pronunciando tu nombre y tú lejos de mí.

Te quiero un poquito más
entre mis letras y silencios escapas
pero te quiero un poquito más
aun se peleen nuestras lenguas

Nuestros demonios no dan tregua
pero te quiero un poquito más
y lo difícil a cada día espera
y aunque ahorita estés a leguas...

Te quiero un poquito más

tus miradas un poquito mas

tus piernas un poquito más

tu sonrisa un poquito más

y un poquito muchote más de tu risa

Y luego las miradas se encuentran
y aun escribamos y luego callemos
como queriendo devorarnos... más
para luego ya casi ni hablarnos

En cada instante sueño nos vemos
y en cada mañana y la ausencia
he perdido por ti la elocuencia
y te quiero cada minutito más

Te quiero un poquito más

tus latidos un poquito mas

tus labios un poquito más

tus caricias un poquito más

y un poquito muchote más de tu risa

Y los labios se atraen 

como polos opuestos

para luego ya alejarlos

por algunos supuestos

pero de entre mis restos

y espinas y dagas clavadas

en mis neuronas nadas...

aunque no quieras nada

te quiero un poquito más

quiero estar junto a ti

un poquito, un poquito más.

Hay un huracán en tus labios

cuando me besas

me inundas de pasión

y tu piel tersa, intensa

me llama, luego se aleja

y entre cada molécula 

y entre cada segundo

queda el ansia con tu nombre

entre tus influjos

y la noche lluviosa.

Qué tal si el tiempo

Se detiene 

Qué tal si olvidamos 

lo pasado

pues el viento

va y viene

y me deja tu nombre en mis labios

y cuando me acuesto

el amanecer se pierde

y tú estás cerca y lejos.

Los trazos de tus labios
en mi piel
acaso podrían a diario
ser mí amanecer
como tela estelar
como manto de la noche
que surca la pasión
que se atrapa en la mirada

Sostén un poco mi suspiro
pues se escapa cuando te miro
tus brazos se tornan abrigo
que no está, aquí, conmigo

Los trazos de tus labios
en mi boca
como esencia del recuerdo
que deja estelas de deseo
que provoca
como oxígeno al fuego
que se enreda en tu mirada
(y me deja esta pira
que por ti respira)

Sostén un poco mi suspiro
que se dilata al anochecer
mientras tus trazos se acurrucan
como si fuese la última vez.