Oscuridad... Se cimbran los recovecos del alma, entre escombros, platico con mis demonios.

Te vi

- Hoy te vi.
- ¿Sí? ¿Dónde? ¿Andabas por mi trabajo? ¿Me viste llegando al trabajo?
- No. Cerré los ojos y te vi.  Vi momentos, sentí recuerdos en la piel.  Vi la historia recorrernos en forma de imágenes con la fragancia de tu sonrisa. Te vi tan cerca que los pulsos hicieron retumbar a mi corazón. Te sentí siendo el epicentro   de mis suspiros, la sacudida de mis insomnios.
Abrí los ojos y te habías esfumado,  tal vez diste vuelta en la esquina del silencio como musa buscando otras palabras, así que parpadeé para buscarte. Entre tantos parajes en frente solo necesito pensarte para encontrarte con el sismógrafo alojado junto a mi aorta.

 Tentador el pensarte en mis insomnios...

como mi consentida memoria

mientras nos escurrimos como arena

marcando el tiempo como los nunca de siempre

que entre suspiros van y regresan

(y te expresan)

trazando en el viento los silencios que esperan

mientras en mis arterias los suspiros por ti transitan

mientras nos volvemos polvo y energía

mientras te llevas el color de mis letras

Ya no sé si van las horas primero y los días después

las lágrimas no las puede parar la gravedad...

tarde o temprano por su peso caen

y sé que el tiempo nos da más intentos

mientras tu nombre forma mis letras consentidas

(ya idas)

y entre flores y hojas de otoño me arranco

sin apenas notarme entre letras marchitas

al encuentro del invierno en los ojos,

entre mis asiduos despojos.

NOCTURNO DEL SILENCIO

¿Ya viste la Luna que alquilé para ti el día de hoy? 400 noches de suspiros en lo nocturno del silencio lo valieron. Hasta alcanzar el tiempo, que se me va en suspiros, dejando insomnios entre los ecos de los latidos, es que pude pagar esa vista. Ojalá pudieras verla como lo hago ahora, como la noche que me embriaga con su grito por soñarte, hasta hacerlo mito para encontrarte y encontrar el rito en el recuerdo de tus dedos y fugarme del tiempo. Y querer como fugaz estrella derretirme en tus oídos como si fuera letra que crepita en tus sentidos. Y querer sentir lo nocturno en tu aliento para sentirme despierto y querer despertar mirándonos a los ojos nuestro reflejo. Intentar no quedar lejos, querer besar tu sueño, así me pierdo viendo lo nocturno del silencio hasta querer asir lo etéreo que marcaste en mi cuerpo. Y en lo eterno querer tocar el recuerdo que se diluye en la vereda. Y cruzar esas tersas veredas de tus besos y encontrar en mi piel tus trazos marcados con los dientes y el filo que de repente aturdía a mi frágil mente. Querer tocar lo frágil de tus suspiros en la luna que te ofrezco. Y correr hacia los pasos que en ofrenda te entrego mientras me arropa el viento con el silencio que acalambra, ese que a mi lengua traba. Y querer abrir lo nocturno de mis venas para que bebas mis suspiros y sientas en el silencio todo lo que en ti miro. Hoy empiezo a pagar otro tanto de suspiros para que tengas otra Luna en algún tiempo más que te refleje en tu inmensidad...
Y así quizás tarde o temprano seamos algo en lo nocturno del silencio.

 

Mi olfato para oler tu cabello

y de tus orgasmos perfumarme

Mi tacto para moldear tu sonrisa

y la piel con cadencia estrujarte

Mi vista para ver tu mirada

y el libido en tus caras al venirte

Mi oído para lento escucharte 

y en lo rápido del orgasmo descubrirte

Mi gusto para saborear tu ser

y entre papilas bebernos de sed

Mi memoria para guardarte

y entre rincones acurrucarnos

acá, allá en todas partes

Mis latidos para arrullarte

en la serenidad de la noche

y entre aromas perdernos

Mis silencios para llamarte

entre mis insomnios dejar eco

y en lo inmenso hallarte para amarte

Mi paciencia para aguardarte

eones en mis manicomios

en lo denso de oleadas ser tu navegante

Mis sentidos para encontrarte

en la vaguedad del desierto

entre dunas y y lunas sabernos

cuando el tiempo devora

y nos arroja por la borda

Mi voz para aullarle a la luna

rasgando sus vestiduras

hasta dejarle en cuarto menguante

así como a ti en mis sueños, desnuda.

 De tus labios salieron relámpagos que cimbraron los míos

fue la tormenta que habíamos estado invocando

...en silencio, sin decirnos nuestros nombres pero sabiéndonos

y del aluvión de pasión escurrimos día tras día en latidos

...en silencio, en lo nocturno del roce de la piel, soñándonos

y del encuentro de nuestras miradas salían estruendos

hasta colapsar... hasta vibrar muy adentro parando el tiempo.

Ahora ya sabes porque cuando llueve se agita mi aliento...

hasta ahogarme en lo profundo.