Silencio entre fuertes latidos
para oír del eco la brisa
de cuando nadaba en tu oleaje
en tormenta apasionado navío
para explorar tu sonrisa
hundidos en instinto salvaje.
Como en un profundo rito
ahogarme en tu mirada
colgado del borde de tu iris
como telescopio a meteorito
en silencios a la madrugada
hasta volvernos fondo gris.
Naufrago de tu boca
de tus pliegues y lo que invoca
como trazos en el mapa
de esos bezos tersos que evocan
las mieles en la memoria.
Silencio entre largos suspiros
con tu nombre por costumbre
¿en cuánto se compra un olvido?
Que no me alcanza y aún miro
cómo me quema esta lumbre
hasta los rincones de lo vivido.
Cómo a diario te encuentro
en mis estremecimientos
el epicentro está contigo
y hoy te escribo sediento
remando en rimas, movimientos
aquella pira, nosotros dentro.
Entre las aristas
nos quedamos sin sonido
las mareas del tiempo hunden
instantes y dejan solo pasajes...
como latidos que circulan en mis venas
o sinapsis que forman mi historia plena.
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