Hay demonios de la perversidad
que a veces no queremos mirar
pero que residen en la eternidad
en lo oscuro, en lo profundo
de la soledad
hay demonios que no quieren escapar
que habitan en recovecos del alma
y no dejan de mutar
Que poco a poco enloquecen
Hay demonios de la perversidad
Que intentamos en vano ocultar
Que no dejan de gritar
Pero que fingimos no escuchar
Hay demonios de la perversidad
Que en mí con frecuencia suelen despertar
que a veces no queremos mirar
pero que residen en la eternidad
en lo oscuro, en lo profundo
de la soledad
hay demonios que no quieren escapar
que habitan en recovecos del alma
y no dejan de mutar
Que poco a poco enloquecen
Hay demonios de la perversidad
Que intentamos en vano ocultar
Que no dejan de gritar
Pero que fingimos no escuchar
Hay demonios de la perversidad
Que en mí con frecuencia suelen despertar
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