Un cuervo se metió
en mi habitación
un aire frío, una presencia
una extraña sensación
... Ese cuervo en mi mente
sus alas extendió
y mi vista de repente
con sus garras arrancó
Ese maldito cuervo
nunca jamás
el vuelo emprendió
lóbrego ser alado
nunca más
de mí se apartó
Acicalando con su onírico pico
las heridas
Alimentándome con mis restos
de por vida
me acurruca en su plumaje
en los sueños de lo eterno
En desolado paraje
ahora en decadencia, enfermo
El cuervo en mi alma
suavemente se postró
en el tiempo, en el silencio
en mi mente anidó
Ahora en esencia
ese cuervo soy yo
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