Toma lo que queda de mí
no son más que sangre, huesos rotos
y sueños resquebrajados
pero eso sí, hasta el último latido serán tuyos.
Abriré mis venas para que no mueras de sed
después de todo, ¿qué más puedo ya perder?
Si tu aliento se disipa en susurros ajenos
La peor cruda de mi vida fue después de haberme
embriagado de tus labios.
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