miércoles, junio 24, 2020

LE LLAMO


Y al flujo del tiempo
que corre en mis venas
le llamo vida.
Y a la distancia que
nos evita, pero nos grita
le llamo caída.

Mientras inermes
nos flagelamos.

Y a las gotas que caen
desgarrando la piel
les llamo heridas.
Y a los senderos
que repetimos andando
les llamo rutinas.

Mientras inmersos
nos ahogamos.

Y a los miedos
con que nos asfixiamos
angustias fatales...
Y a las expectativas
que forzamos y no llegan
les llamo ansiedades.

Mientras eternos
fugazmente nos separamos

Y a la aflicción
que me arrastra en el tiempo
le llamo recuerdos.
Y a los latidos
que los acompañan
les llamo suspiros.

Mientras
lentamente nos consumimos.

Y a la sangre
que hierve
le llamo rabia inerme.
Y a las arenas
que nos cubren
les llamo olvido.

Mientras dispares
quedamos enajenados.

Y al misterio
que nos embarga
le llamo expectativas.
Y al cáncer
que nos invade
le llamo lenta despedida.

Mientras sumisos
quedamos hechos heridas.

Y a la enfermedad
que nos oprime
le llamo consecuencias.
Y a la edad
que nos devora
le llamo dura sentencia.

Mientras agotados
trazamos marcas de historia.

Y el orgullo
que nos apresa
nos traga sin prisa.
Y de la furia
que nos embriaga
somos las presas.

Mientras lentamente
perdemos memoria.

Y al aire que asfixia
y nos cubre y acaricia
le llamo melancolía.
Y a la ilusión
que nos arropa
le llamo huida.

Solo espero que me rompa
mientras sordos nos aullamos.
Dime
¿El aullido llegó hasta tu habitación?

Y la palabra
que se desliza furtiva
la hablo entre tus poros
Y la liberación
de dopamina y serotonina
con mareas de oxitocina
se torna mi consentida
sensación.

Mientras vagamos
entre pieles que respiran.

Y a los pulsos
que revuelcan la razón
les llamo con tus imágenes
Y a lo que aquí late
sumergido en lo etéreo
le llamo por tu nombre.

Mientras el tiempo nos disipa.

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