Leo una página en blanco,
leo las palabras que te escribiré
casi las escucho latir
pero no sé si conseguiré
que las puedas sentir.
Leo una página en blanco,
cada uno de sus sonidos
que crepitan como el fuego
que quema haciendo ruido
desangrarme así, no me niego.
Leo la noche sin tus besos,
y mis entumecidos dedos
tratan de escribirte versos
que te traigan recuerdos
mientras intento rozar el tiempo.
Pero la hoja sigue en blanco
no encuentro qué decir.
Sabes, el tiempo mata
pues de algo he de morir.
Leo una página en blanco,
leo las palabras que te escribiré
ya no sé si tus etéreos ojos
en el ocaso las quieran poner
o en un lugar con cerrojos.
Mis silencios en una hoja en blanco
no sé si conseguiré
que los puedas sentir,
¿en tus ojos podrán morir?
¿Qué te puedo ya escribir?
Y mientras la noche transcurre
y yo sentado en un banco
con las pasiones que en vela andan
mientras leo una hoja en blanco
hasta sentir los silencios que andan
que besan, que condenan.
Pues la hoja sigue en blanco
y no encuentro qué decir.
Sabes, el tiempo mata
pues de algo he de morir.
Ya solo me queda repetirme
en una página escrita con suspiros...
llenarla con suspiros que hablan de ti.
¿Ya solo soy una hoja en blanco?
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